¡A ciegas con los ciegos!.
No lo pensé mucho, a pesar de que las señales me decían que tenía pocas probabilidades. Yo no quise verlo así.Llegué a soñar con lo que haría si me tocaba. Me divertía imaginarme los viajes que podría hacer y esas cosas.
Pero el que apuesta puede perder y las estadísticas estaban en mi contra.
Al final perdí más que 6 €. Perdí la ilusión de todos los días. Perdí la ilusión de los ciegos, porque el ciego era yo.