18 de abril de 2009

Jabón Soap

El otro día estaba en Casa Cubelos (Ponferrada) comiendo con unos amigos cuando tuve la necesidad perentoria de ir al W.C.
De un rápido vistazo me dí cuenta de que el baño de caballeros carecía de las condiciones mínimas exigidas: Papel, Pestillo e Higiene. Además, este baño estaba dotado de un retrete turco que, añadido a la ausencia de pestillo, hacían de su uso una experiencia un poco desasosegante y muy alejada de lo que yo andaba buscando.
Por contra, en la puerta contigua, se encontraba el baño de señoras, mucho mejor dotado y en mejores condiciones de higiene.
La decisión, por lo tanto, no me llevó demasiado tiempo.
Una vez situado me dió por pensar en que ese era un punto de vista, preferentemente femenino.
Esta idea me hizo explorar con la mirada el entorno y tratar de imaginar cómo pensaría una mujer desde ese punto de vista.
Finalmente mi mirada se detuvo en un detalle. Se trataba de una etiqueta excesivamente indulgente colocada en un expendedor de jabón para manos.
De repente, todo en él me parecio obsceno.
Después dudé de haber conseguido meterme en la mirada de una mujer.